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sábado, 11 de junio de 2011

DICE EL VIENTO...(II)




Agregada a un aire que envuelve, revuelvo entre aguas que vuelven de bañarte en callados amaneceres. Tatúo en superficies diferentes de mi piel, esa que te pertenece, secretos susurrantes sólo a tus oídos con restos de salitre.
A lo lejos un rumor que me recuerda el mecanismo de un sueño a medias contigo, imparable.
Incomparable.
Por la arena fría, como una pasarela fina de terciopelo por estrenar, siembro con pies desnudos un camino, que deberás recorrer por mi cuerpo mañana, ese que sólo tú sabes reinventar.
La caracola me habla bajito, anhelante por entregarme tu mensaje, grabado en aguas profundas, entre caricias tiernas escritas en braille y roces salvajes acumulados en estéreo.
De un trago repentino recojo todo el mar que puedo, anegando mis entrañas, como cuando lo haces tú entre entregas diseñadas en madrugadas exquisitas.
Dice el viento que lleve mi aroma hasta aquella roca, que luego cuando suba la marea, tú lo recogerás. Porque el sabor de mis besos, hace tiempo que corre por el flujo de tu yo, como un dulce veneno. Te dejo también un hatillo, trenzado con mis cabellos, conteniendo un corazón que late bailando entre sensaciones a oscuras y pasiones que se iluminan entre fuegos artificiales cada vez que te siento cerca, aferrando tus manos a mi cintura y marcando con tus uñas el vado de mis caderas.
Mis pechos te esperan, disfrazados de mágico biombo, protegiendo intimidades conocidas sólo por la luna, cuando nos columpiamos en ella, deslizándonos por su cara oculta entre gritos, besos y gemidos, mientras resbalamos entre curvas húmedas y compartidas.
Dice el viento que flote entre mareas sin prisa, volátil, que me será fácil, que me esperas, que lo vuelva a hacer, que llegaré otra vez hasta tu alma, como sólo yo lo sé hacer...

lunes, 6 de junio de 2011

Sin estrellas...




Salió fuera a buscarlas, cuando recordó aquél proverbio que hizo tan suyo, aquel que en un gran poster adornó su habitación durante mucho tiempo, a partir de que en un cumpleaños se lo regalaran sus amigas, creía recordar, a los quince años. Salió a buscarlas porque las necesitaba, y sabía que estaban siempre, aunque a veces lo olvidaba. Así que fue a reencontrarse con ellas, decidida a que adornaran de nuevo su cielo. Pero ni una, no había ni una estrella...Sólo nubes, noche, un cielo soso y desamparado...Estar, estaban.. simplemente no se dejaban ver...Así que decidió probar a la noche siguiente, y despierta, en esta, esperar al sol...Eso haría, su luz, su calor también le sentarían bien... porque a veces todo se vaciaba de repente, y todo perdía sentido. Todo...Y entonces sólo habían dos alternativas. Aniquilarse o aniquilar el mundo que te rodea, ese que te ha envuelto hasta entonces, pero que ya no sirve...Desde que dejó que los rayos de la verdad la hirieran demasiado, y después de superar el desmayo inicial, había tenido la impresión de Ver, por primera vez en su vida... A veces se preguntaba si hubiera sido mejor seguir ciega...Mierda de emociones que la desbordaban... Pero no dejaba de pensar, que todo había sido demasiado fácil siempre para ella, y quizás había llegado la hora de que la vida, o ella, o las dos, pusieran en juego el más difícil todavía... No, no entendía nada...nada...pero lo conseguiría, por sus cojones, aunque fuera la última cosa que hiciera... porque la vida nos escoge para ciertas pruebas sin que sepamos el porqué... al principio, por que claro, luego, tarde o temprano, lo sabemos....
Así que sin estrellas, esperó el día y al sol, envuelta en silencio...ssshhhh..entre cantos de sirenas, y besos que no oía pero sí podía sentir...




viernes, 3 de junio de 2011

LUJO






Resiguiendo la línea dónde acaba la existencia, formateo lo sentido convirtiendo sutilezas en envases sin porqués.
Agolpando las ideas en carreteras con curvas, redibujo entre colores inventados un destino desconocido, con el billete sólo de ida doblado a buen recaudo bajo la tira de mi sujetador.
Hoy me permito llorar.
Entre un tirar sin parar, en tiempos extraños y raros, que huelen a mí y a olores ajenos, mezclados entre clamores de dificultades y algodones de optimismo sembrados por las superficies improvisadas para disminuir impactos involuntarios, hoy suelto las cuerdas, esas que sujetan cordura, coherencia y sensatez, y que sin querer y queriendo me hacen mantenerme en pie.
Hoy lloro porque me lo merezco.
Entre fortaleza necesaria abandonada a la noche como las cenizas sin peso, hoy me pierdo en el viento de una ciudad dormida, despertando mis sentidos. Volando libre aunque sea un rato, siendo todo y nada por un momento, y en un instante perderme en mí y sólo conmigo.
Hoy entre las lágrimas de emociones liberadas, agradezco el ser fuerte y buscar llorar, para recolocarme. Lo prefiero, antes que llorar y buscar ser fuerte para poder levantarme.
Mañana seré mayor otra vez.
Pero hoy, hoy lloro y me permito el LUJO de sentirme pequeña, insignificante, sin ruidos, entre estertores de emociones privadas y consentidas, sola con las estrellas...y a solas con mi piel.