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domingo, 31 de octubre de 2010

De Luces y Sombras.



El olor a otoño siempre inicia en mí una recolocación que cuesta. Tránsito inevitable de una estación a otra, que siempre me supone un gran esfuerzo, físico y emocional. El cambio de hora ese que lo único que hace es dislocarte horarios y relojes, de muñeca y biológicos, entre ritmos de luz ilógicos, que no antinaturales. Todo por ahorrar energía. Y qué pasa con la mía?...Me sienta fatal, como siempre, asentar los pies en esta estación!!!...tenía que soltarlo...Cada uno tiene sus batallas. Ésta es una de las mías. Esa luz del verano, el sol, el brillo, los días largos y aprovechados, noches cálidas que invitan al paseo, a la charla, que huelen a mar, a luna contemplada, a techo de estrellas, a ropa con color, a refresco, a duchas heladas... cambiados por tiriteras, kilos de ropa que me agobian, manos frías, luna de refilón, días acortados, mermados en claridad, en los que a media tarde parece que alguien haya apagado la luz...Se fuga estos días la luz sigilosamente, y no dejo de reponerla yo sóla, como puedo...

Pero la vida siempre sorprende...siempre, con esas sorpresas maravillosas escondidas en las esquinas del camino...Y entre luces y sombras otoñales, desfases horarios y días fríos, entre colores ocres, amarillos, marrones, ahí me estaba esperando una...única y especial, consiguiendo que a pesar de la falta de luz el otoño tenga ya para siempre un color y un olor inconfundible para mí. Me regaló una noche de otoño de hace unos cuantos años un recambio, reponedor de luz, una fuente fascinante que siempre me llena y me borda alegría, amor y mil sonrisas...Una noche de castañada (.. ;( que no de Hallowen...), una de esas fiestas que siempre me han encantado, como la verbena de San Juan, en las que las reuniones de amigos, o cenas en familia permanecen en mi recuerdo desde que tengo uso de razón, entre charlas, risas, castañas, cava, boniatos y panellets, con aroma a casa, a calor, a baile, a momento....Una noche de esas, después de cenar pronto, repartí besos y abrazos y, entre contracciones, tranquila y emocionada, acudí al hospital para verle por fín la cara a mi niño. Y allí entre enfermeras de guardia y médicos, entre apuestas por si nacería el 31 o ya con un pie en el dia 1, le miré a los ojos por primera vez. Desde entonces a pesar de todo, el otoño entre soles y nubes, entre sombras y luces, siempre tiene un toque especial con un brindis por y con la vida que en ese momento con él abracé.

A mi niño, y a esa sonrisa enmarcada en hoyuelos que es cuna de las mías, que cumplas muchos más....Felicidades mi amor, te quiero muchísimooo!




Pasarlo muy bien,...y portaros un poquito mal...;)

10 comentarios:

  1. wowwwww me has emoconado cielo y soltar unas lagrimas, logico que este dia sea tan especial par ti, si te dio lo mas bonito que nos puede dar la vida, los hijos, felicidades para tu niño y para ti, besotes y un abrazo grande para los dos

    Adis

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  2. Me identifico mucho con tu escrito, el otoño nunca fue una estación fácil para mi...salvo porque mi hijo mayor nació un 14 de noviembre, desde entonces los otoños tambien tienen otra luz para mi. Felicidades.
    Besinos.

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  3. Muchos de los mejores recuerdos de todos nosotros residen en los tres meses de vacaciones escolares que nos otorga el verano: playita, piscina, bicicletas, primeros besos, hogueras de San Juan y partidas de cartas en las lluviosas tardes de agosto. Escenario demasiado bonito como para recibir con los brazos abiertos al otoño. Un otoño cargado de naranjas y marrones, de nuevo ciclo... Enhorabuena por esa flor de otoño con hoyuelos.
    Un petó

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  4. Me has dejado de una pieza. Qué bonito lo que nos cuentas! Besos para tu hijo y para ti!

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  5. Qué hermoso! Besos a los dos!

    Besos.

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  6. Felicidades a tu niño, curiosamente yo viví una experiencia similar a la tuya, mi hijo mayor nació una Nochevieja a las 12 menos 3 minutos. Son momentos inolvidables. Todas las estaciones tienen su encanto, aunque a mi no me gusta pasar frio, ni abrigarme mucho, reconozco que esos momentos cálidos junto al fuego del hogar, jugando a juegos de mesa con los chicos, tomando tisanas calentitas ... también me gustan. Besos preciosa, a tí y a tu niño.

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  7. que lindo leer este poema. la dulzura de una madre con su hijo.

    que maravilla vivir ese sueno. aun no lo vivo pero debe ser lo mas sublime y bello...


    un besote

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  8. Mientras leía el esplendido párrafo en que has escrito en rojo, pensaba: bueno pero gracias a este cambio de horario, rompemos con nuestra rutina diaria, cambiamos ciertos ritmos, descansamos algo más, tal vez, muchos llevamos una vida más recogida que en primavera y verano. Pero continué leyendo y tú también llegaste a esa conclusión. Sobre todo porque en otoño nació tu hijo, enhorabuena por ese fecha inolvidable y por todas las alegrías que te ha proporcionado esta estación nostalgica y de añoranza...

    saludos.

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