jueves, 3 de junio de 2010
CARTAS A TI. IV
Miro a lo lejos. Y oigo tu voz.
Ahora sé que no podré esperarte aquí, así, aun queriendo y sin saber.
Y palpo el aire. Y siento quemarme en tu calor.
Lo sé, lo dije, lo híce.
Aquí sentada te espero.
Y ya no sé si quiero ver lo que mi alma me grita poder entender.
Y ya no sé si la mirada perdida podrá algún dia fijar la quietud de la alegria por el desgaste de un pensar.
Gástame entonces en cuanto regreses con tus caricias, hasta borrar mi piel.
Pero cuesta seguir el ritmo del tu caminar errante, que se acerca y se aleja de repente de un sueño, y mis alas en los pies, ahora están durmiendo.
Anoche escuché a la luna....y no me la quise creer.
Cómo cuesta sentir cuando se siente demasiado.
Pero más cuesta vivir, si no estas para decirme si vivo o sueño.
Oscila la mordaza impuesta junto al refugio de mi insentatez, mientras la insurrección sucumbe cada uno de los dias, al atardecer.
Y ahí, entre cielos ensortijados de nubes, vuelan alto las más bellas aves, libres, portadoras del mío, hasta llegar a tus manos.
Cógelo y tráemelo de vuelta mañana.
Mientras, en el refugio de mi soledad, nivelaré el lastre indeleble de mis penas, y liviana, volaré hasta rozar tu entidad.
Sal a la noche hoy amor, hoy allí nos encontraremos, fundidos en uno sólo. Como siempre.
Hoy nos encontraremos en la ensenada perfecta, ese rincón especial, que juntos un dia entre los dos dibujamos.
Y escribo y lloro.
Y lloro y siento.
Y siento y amo.
Y amo y sueño.
Pero vivo, y sonrio.
Dile a la luna, que sé que aún te habla, que vuelva mañana....que lo siento...mañana la escucharé!
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Son las palabras del las que nos hace sincerarnos a corazón descubierto. Ante semejante despliegue, ¿quién puede negarse?
ResponderEliminarMuchos besos de amanecer.
Las palabras se las lleva el viento, los sentimientos se forjan sobre mejores cimientos...
ResponderEliminarBesos.