-Hola!.
Esperaba verlo allí, así que entró buscándolo...Extrañada, sin verlo, sin oir nada, siguió adelante adentrándose en terreno vacío y en calma. Siguió adelante con el único sonido de sus tacones repiqueteando sobre el parquet como único acompañante. Al llegar al salón le llamó la atención una silla colocada en medio, fuera de su lugar...estrategicamente solitaria, intencionadamente colocada.
Volvió a invadir el silencio con su sonido...ésta vez su risa espontánea, natural, divertida,...le nació de dentro al ver que ya de nuevo entraba en su juego, esos que a él tanto le gustaban.
Sobre la silla había un largo pañuelo blanco, y doblada sobre él, una nota.
"No digas nada. Sólo ponte el pañuelo sobre los ojos, que no veas nada, y siéntate relajada. Ah! y quítate las bragas antes de sentarte!".
No esperaba eso, le había dicho que iban a salir. Pero claro, siempre la sorprendía...Dejó el bolso y el abrigo, y se quitó la ropa interior, como le pedía. La verdad que el sólo hecho de no llevarla mientras iba a sentarse la excitó muchísimo, era una sensación cómplice y excitante. La preparación de su juego empezaba a surtir efecto.
Se sentó en la silla, se colocó el pañuelo, y....sin ver, sin hablar...esperó...Un minuto, tres, cuatro,..."Cabrón!"...No pudo dejar de exclamar para sí, impaciente y ansiosa! Y nerviosa,..empezaba a estarlo!... la estaba haciendo esperar, la estaba descolocando. Seguro que vigilaba sus reacciones divertido a la vez, satisfecho y encantado.La invadía la impaciencia por verlo, abrazarlo, sentirlo y hacerlo suyo, tantos dias sin encontrarse. Y ahí estaba sentada en una silla esperando!
Sonó de repente una música. Suave, sensual,...Luego otra diferente, a un tono más alto, con más fuerza. Diferentes melodias, diferentes tonos. Las fué escuchando detenidamente, atenta, concentrada, buscando mensajes, intentando reconocer otros sonidos. Escuchaba atenta, instintivamente. Observadora por naturaleza se sentía impotente sólo utilizando su capacidad auditiva. Así que puso toda su atención, su instinto en hacerlo.
La música cesó....el silencio la envolvió de nuevo. Entonces oyó algo...movimientos suaves, no eran ruidos. Era sigiloso, pero intentó captar todo lo que pudo y era capaz a través del oído para adivinarlo. Agudizó todo lo que pudo su capacidad, y le pareció sentirlo moverse a su alrededor...sí, ahí estaba...Ummm, cerca, mucho, aunque apenas eran un susurro sus pasos, pero lo sentía. Cumplia su función a la perfección, quería despistarla, desarmarla, antes de aparecer del todo. No eran casi ni sonidos, pero lo oía acariciar el aire a su lado con livianos movimientos. Se sentía observada...De repente se percató de la melodía de fondo. Un sonido rítmico, acompasado, rápido, nervioso, impaciente, suave pero constante...era su respiración. Involuntariamente había pasado a ser un sonido externo. Sintió su aliento junto a su oído. La estaba saludando, y dejó que ese calor penetrara en ella, a través de su conducto auditivo hasta su mente, y allí la siguiera acariciando, porque sabía que tenía activado ese sentido como un radar en camino directo a sus sentidos. Estuvo tentada de quitarse el pañuelo y levantarse, ya estaba bien!...necesitaba verlo y tocarloooo. Pero cuando su mano iba hacía su cabeza para liberar sus ojos de aquella oscuridad, el la vió venir y paró su mano en el acto.
Miles de sensaciones invadian su mente y su cuerpo, y un nudo nacido en el centro de su estómago, había ya ganado terreno a casi cada rincón, llenándola de deseo, morbo, emoción, pasión, impaciencia,...
Volvió a sentirlo junto a su oreja, y ésta vez le susurró...la melodia de su voz la acarició. Esa voz seductora, melosa, en un tono suave, tierno, juguetón, secreto, íntimo. Oirlo de tan cerca, sólo activado ese único sentido le produjo un efecto embriagador. Borrachera invasora de su voluntad, ya no pudo pensar ni analizar... Susurros a media voz. De palabras regaladas. En una frecuencia secreta. De sentimientos mútuos. Revelaciones secretas. Escuchó.... Oyó..... Oir era ya el timón de su sentir. Solitario sentido al acecho del estrecho pasadizo hacía su mente. Lo oía y sentía a la vez, en un tono cálido y tierno. Cercano y bandido de su voluntad. Ya le dió igual no ver, ni tocar, con su sonido tenía suficiente......Una melodía exquisita la rodeaba. La noche avanzó. El tono le fué a la par.
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