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martes, 30 de noviembre de 2010

En tu andar disimulado.





Miras hacia otro lado, cerrando los ojos para no llorar. Pegando los labios para no demostrar. Las manos en los bolsillos, para que no se puedan quejar.
Y en el andar estropeado, que consigue disimular, la intención mal enfocada y una lección por aprender.
La pena ahonda con fuerza, sutil y helada como la niebla, que ni sabe dónde va.
Tan sólo el mirar sin verme te duele, ansiando que me beba tu llanto, y un perder sobrellevado entre trotes desbocados en rutina fastidiada con programa obligatorio.
Sin pedirte, sin perderte, luce todo lo que ya sé colgando de mis pestañas.
El envase de la ilusión pesa, pero no se nota, parado y amparado en el pulso duplicado por un latido improvisado.
En el silencio, yo y algo de ti.
La claridad del dia acerca el canto axfisiado de un sentir que me deslumbra.
A veces, pierdo el sentido. Y cobra sentido la vida.

jueves, 25 de noviembre de 2010

¿Cómo se llamará mañana?



Ayer se llamaba Carmen.
Y Elena.
Y Mª del Mar, Montse, Glória, Silvia, Rebeca, Ana, Lorena, Pilar, Eva, Isabel, Susana, Cristina, Yolanda, Olga, María, Sandra, Mercedes, Consuelo, Mari, Teresa, Mª José, Encarna, Sonia...
Hoy se llamaba Fátima.
¿ Cómo se llamará mañana ?
¿ Cúantos años tendrá?
¿ De qué nacionalidad será?
¿ Cúantos hijos llorarán su falta?
¿ Cúantas madres se repetirán tendría que haberla ayudado a pesar de no dejarme?

Quizás un dia deje de tener nombre y ocupar un lugar no deseado en las noticias de la primera edición del día. Ese que ella siempre intentó esquivar, sin fuerzas, sin aliento, sin voluntad ya después de tanto sufrir. Se acostumbró a verlo jugar a ser Dios y juez con el puño alzado. Se acostumbró a justificarlo por sus celos, su adicción y su caracter. Se acostumbró a la costumbre de no ser nada. Con todo lo que valía!!

Contra la violencia de género, no en un dia, en todos. Y no estoy sóla, somos muchos. Pero aún no es suficiente.





En una época de búsquedas, de recolocación de voces infantiles frente a susurros de mujer emergente y creciente. En una época de risas, películas de miedo, verdad o acción, carpetas con fotos, guiños tímidos y confidencias al sol entre clase y clase.
En un época de amanecer personal, de adolescencia rebelde e inquieta, de sensaciones reconvertidas, de sensibilidad encauzada, de un ser en construcción, vulnerable y tierna a lo exterior, en un dia cualquiera, a la hora de la merienda la vió aparecer.
Ella, apareció en su casa porque sabía que allí se sentiría protegida, entre una hermana mayor y una familia que
la adoraba.
La vió, tan pequeña y magullada, con lo que la quería. Avergonzada, acobardada, atemorizada, asustada,...Como siempre, pero ya no aguantaba más. Y llegó y causó en su mundo revuelo, sorpresa, miedo, pena...No sabía que pasaba, ni encontraba explicación, porque aún no la tenía y la desconocía. En su pequeño mundo aún no podía tenerla. Pero sin saber, sintió. Y allí, aquella tarde, sin ser su ojo, vió por aquel, deformado y amoratado. Lloró por aquella cara inchada y dolorida como si fuera la suya. Tembló con aquel cuerpo magullado y pisoteado. Aquella tarde, fué ella por tenerla tan cerca, y ver y sentir todo aquello en un momento de la vida en el que se absorve todo como una esponja, ansiosa por descubrir y mirar y aprender. Aquella tarde, se prometió y juró que eso nunca le pasaría a ella. A pesar de todo, no podía evitar escalofríos y una sensación extraña, mezcla de furia, impotencia, tristeza y desesperación, cuando veía que Ella, era otra cada día. Quizás algún dia la pesadilla acabaría.


A mi María.
Y a todas.
Las que lo habían intentado, las que no, las que lo han conseguido, y las que aún no tienen fuerza para poder hacerlo.

viernes, 19 de noviembre de 2010

CoN EfeCtO



Nos contábamos, nos oíamos, en aquel bar en el que nos encontramos en un respiro del no parar. Sin oirnos del todo, porque no podíamos. Notaba tus ojos como me miraban, clavados en los míos, y de repente recorriéndome, desnudándome, casi lamiendo mi piel tu mirada. Notaba tu excitación, tu pene aprisionado contra tu pantalón, sin verlo, pero viéndolo. Notaba tu respiración acelerada por el deseo, en tu forma de tragar, y tus gestos me gritaban lo que deseabas...Notabas el ritmo de mis entrañas siguiendo el retumbar del tuyo. Notabas mis pupilas tecleando a través de las tuyas un secreto que adivinabas. Notabas mi humedad y mi sexo ansioso de ti.

De pronto, en un impulso, me levanté, como en sueño, y me oí decirte...perdona, ahora vuelvo, voy al lavabo...Sólo tardé unos segundos. Al volver, en ese camino, visulizándote allí sentado en la mesa del fondo, esperándome, viéndome acercarme, empecé a notar el efecto...con cada paso, mis caderas se balanceaban elevadas sobre mis tacones haciendo vibrar la carne de mis nalgas, excitándome cada vez más...el aire que se colaba por debajo de mi falda acariciaba la carne desprovista de prendas al abrigo de ojos, la que quedaba libre por encima del encaje de mis medias hasta llegar a la cintura, la falda aireba esa zona, haciendo que tan solo la caricia de esa brisa colada furtibamente me provocara estremecimientos, y ese andar... el ir acercándome cada vez más a la silla, a tu lado, hacía que en cada paso el roce entre los labios de mi raja, encharcada y húmeda, casi me provocara un orgasmo...mis muslos me recordaban que lo mojado resbalaba por ellos a tu encuentro...

Me senté. Y te sonreí. Ibas a hablar creo, cuando disimulada y suavemente cogí tu mano y la coloqué sobre mis rodillas, colocando en tu puño, lo que desde que salí del lavabo contenía el mío. Dejé allí en tu palma mis minúsculas bragas, mojadas con mi olor, hechas un ovillo, y te cerré los dedos sobre ellas, pasándote a ti el relevo.... Me apoyé en el respaldo de la silla, observándote...ahora me tocaba a mí ver tu efecto....

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Alérgica



Se estiró el cuello de la camiseta. No soportaba que nada la oprimiera demasiado. E inclinó la cabeza, en un gesto que desde fuera se interpretó como de confusión, pero que escondía un latido íntimo y secreto, que la animaba siempre en silencio.
Y pensó que alguien un dia, le habló de dificultades. Y si en un principio negó esa idea, recapacitó y pensó que quizás no estaba tan lejos de la realidad. De la suya.
Con el tiempo había descubierto una ligera alérgia a lo fácil, a lo servido en bandeja, a lo que sonaba a simple, pobre sonido, que iba acrecentándose con el paso de los dias, sin poder evitarlo. Y sin querer.
Un dia se cansó de los senderos frecuentados y cómodos y se perdió en los otros, yermos y revirados, buscándolos ya como una necesidad. Y ahí, en un recodo del camino se encontró alientos únicos y especiales. Concretamente en la inaccesibilidad de las sensaciones se encontraban intactas las mejores, perdidas también. Y decidió ya, no perdérselas jamás, buscarlas y encontrarlas por mucho que le costara.
Quizás lo dificil tenga esa especie de reto o superación, esa sensación de adrenalina que te recorre de arriba a abajo, de la que cuesta reponerse, pero que si te acostumbras, no puedes dejar de sentir.
Quizás la lucha por conseguir es lo que le hacía vibrar, sentirse viva, y sin ella el palpitar de la vida se volvía ténue y demasiado ralentizado.

Quizás esa superación le conseguía resurgir una chulería oculta a simples ojos, que la hacía poder con todo.
Quizás lo dificil, lo que tanto cuesta conseguir, sea lo que más valor tiene.
Quizás porque aunque en un principio no lo creyó, le iba lo dificil más de lo que pensaba.
Quizás porque se daba mucho siempre, toda, pero también exigía todo eso, sin decirlo, haciendo que un aroma especial, dificil de identificar por cualquier glándula pituitaria, la invadiera.
Quizás las dificultades unen siempre mucho más...Te suena?... a pesar de dejarla rendida y agotada en muchas ocasiones.
Y qué? Y en la lucha, de lo dificil, pensó, se dejaría la piel, y sobreviviría... Viviendo, como sabía, por el camino. Lucha dura, pero tan gratificante.
De momento acabaría de recuperarse.
Luego, aunque le costara, iba dejar de fumar.
Después, tenía que conseguir olvidarlo.
O eso, quizás sería demasiado dificil...

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Al abrigo de una nota

Con esa tu suave soga, atada a mi cintura, que me arrastra, queriendo y sin querer, a los barrancos de tu imaginación.
En un nombre, encerrado un arrastrar de pasos seguidos al vuelo, cazados por la melodía suspendida entre las partículas invisibles, de una trompeta.
Y de la música salió un secreto, susurrado en suave gesto en mimo.
Evaporado el vértigo, reconvertido en danza, de dos desnudas almas, que comparten un minuto.
Y el minuto multiplicado durante un roce, en el baile de dos cuerpos cabalgano una nota.
Transcrita la nota en partitura real e imaginada, un encuentro recorre, y corre, entre los sentidos.
Entre un vibrar del aire expulsado a través de un instrumento, el aliento se detiene, entre sonrisas cómplices dibujadas sin pluma, entre miradas almacenadas en ángulo obtuso, tan sólo descritas por el eco de un nombre, que aguarda, cuando una necesidad grita...
Cuando me necesites, canta Alice.

sábado, 6 de noviembre de 2010

LATIENDO



El ruido amortiguaba los golpes,
si hubieran podido ser oídos...
Asonantes, consonantes.
TOC-TOC, TOC-TOC
Desde mi ventrículo izquierdo,
tu sonido acumulado
en largas noches de ensueño.
Y en la cuna del bombeo
los acordes que enraízan
sobre un sueño altivo y fiero.
Y por mis venas discurren,
los motivos acerados
por los que lates tan dentro...
y recorren sin camino
las esquinas de mi cuerpo,
recordando que el destino
a veces es buhonero.
Y las plaquetas defienden
lo que le grito al silencio,
y lo bordan, son simiente,
y renacen en injerto,
en la aorta revivida
con pasión, deseo y beso.
Y la transfusión me llega,
entre jirones de noche,
de tu sentir, alto y claro,
de lo que sientes, latiendo.
Tu corazón crea la danza,
mi alma baila descalza.
Tu cuerpo arde sin fin,
mi mente cuida de ti.
Lates conmigo al son de un repiqueteo
que lleva la vida en sí.